miércoles, 17 de julio de 2013

Otros pueblos

Para llegar hasta los acantilados (Cliffs of Moher) pasamos por un pequeño pueblecito llamado Adare, me llamó muchísimo la atención por la forma de las casas y sus tejados, en algunas casi tocaba el suelo. Lamentablemente sólo hicimos una pequeña parada para recoger gente, pero no pudimos bajarnos para visitarlo y hacer mejores fotos (una pena, la verdad).


Continuamos el viaje hasta la ciudad de Limerick, de nuevo durante el camino nos encontramos con varios monumentos y castillos en ruinas (La foto de la izquierda me llamó la atención, ya que estaba construido casi dentro del río...).  De la ciudad de Limerick vimos lo principal, el centro, sus principales calles, el centro comercial, e hicimos una parada justo en el centro por donde el río Shannon cruza. Hicimos varias fotos, al Arthur's Quay, y aprovechamos para hacer una fotografía al río, apreciándose al fondo (izquierda) el King John's Castle, el Museo de Limerick, el ayuntamiento y la St. Mary's Cathedral.



  



Continuamos el viaje hacia el norte, dirección Galway. De nuevo nos encontramos de todo, castillos, enormes prados verdes, iglesias y pasamos por algún pueblecito. Después de un par de horas llegamos a nuestro siguiente destino: Poulnabrone Dolmen. 
Construido sobre el año 4.000 aC, es un antiguo enterramiento utilizado durante la Edad de Bronce. Hace años tuvieron que "reconstruirlo" ya que se estaba deteriorando bastante, y aprovechando excavaron en la zona, encontrando restos arqueológicos como armas y herramientas, piezas de cerámica y restos de esqueletos.



Continuamos nuestro viaje hasta que comenzamos a ver agua, ya estábamos en la costa de Galway, y pudimos ver alguna playa entre acantilados y rocas. El agua era totalmente cristalina, y pese a que el día había amanecido nublado había gente bañándose en algunos lugares. 

Comenzamos a elevarnos del nivel del mar, hasta que hicimos otra parada en unos acantilados. Allí aprovechamos para hacernos varias fotos y contemplar el paisaje. Debajo nuestro se escuchaban las olas romper contra las rocas. Había que fijarse bien donde pisabas, ya que en el borde podía producirse algún desprendimiento.

El conductor nos comentó que a un compañero suyo de trabajo (conductor de este mismo trayecto del tour) se le cayeron una vez las llaves del autobús al vacío, toda una gracia desde luego xD.

Como anécdota personal puedo contar que casi se me olvida la mochila allí, con la cámara, la cartera, y más cosas, me acordé en el último momento justo antes de subir al autobús, el conductor por lo visto puso cara de pánico cuando me vio correr en línea recta desde el autobús hacia el acantilado.















Poco después hicimos una paradita para comer. Por fin, con la tripa bien llena, y la cartera bien vacía, llegamos a los acantilados de Moher.

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